La hidromiel es la bebida alcohólica más antigua de la que haya referencias, tiene
entre 9 y 15 grados y se logra a partir de la fermentación de una mezcla de
agua y miel. Sus orígenes se remontan al año 1500 a.C., cuando aparece nombrado
por primera vez en el Rig-vedá, un antiguo texto sagrado de la India.
También es conocido por relatos griegos –que
lo denominaban “melikraton”–, y romanos, en los que aparece como “aqua mulsum''.
Existe en textos de la mitología nórdica, en
los que se lo menciona en el Valhalla (“salón de los muertos” en la ciudad de
Asgard, gobernada por Odín, quien consumía hidromiel como único alimento), y
era común entre los berserkers, guerreros vikingos que combatían cubiertos con
pieles.
Al hidromiel se le atribuyen propiedades
fertilizantes, especialmente en la mitología teutona, que asegura la
descendencia de hijos varones tras el consumo de esta bebida. Los mayas, por su
parte, lo consumían mezclado con trozos de corteza de árboles.
Hay quienes creen que la hidromiel podría ser
un antecesor de la cerveza. Es una bebida sabrosa y resulta ideal para
distintos momentos del día ya que se puede consumir como aperitivo, colación,
durante la cena o en sobremesa.